Taller Encantado

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28 de abril de 2009

Agrandar la familia

Mi suegra casi se sube a la mesa cuando las ve, pero la verdad es que en cuanto las tienes un rato cerca de ti, las coges, las acaricias, jugueteas, les das de comer y convives con ellas, te ablandan el corazón y dejas de pensar que son roedores, o, mejor dicho, te da lo mismo (sobre todo a los que les tienen fobia).

Esta tarde, allá que iremos al zoológico de Iria, a ver si agrandamos la familia con dos nuevas jerbitas: dos hermanas de poco más de un mes, una burmesita y una negrita. A ver qué tal se llevan con sus nuevas compañeras de piso...

Cuando les haga fotos las cuelgo para que las conozcáis.

Saludos y si alguien se anima, Iria tiene más para regalar, así que dadme un toque y lo vemos.

27 de abril de 2009

Dejar rodar las lágrimas

Y es que a veces nos resistimos a reconocer nuestros propios miedos, a decir lo que sentimos, a admitir un error o a reconocer un tropiezo. Pero ¿por qué? Es mejor pedir perdón, o hablar con quien uno debe hablar, o tratar de mejorar y, por qué no, dejar rodar las lágrimas. Es natural, es catártico y es una purga del alma. Si dejáramos que todas nuestras pequeñas miserias se fueran enquistando dentro de nosotros mismos, acabarían matándonos de dolor.

Así que a vivir que son dos días. Y la tristeza, la frustración, la pesadumbre y los miedos forman parte de la vida. Luego encontraremos un amigo, un compañero, una persona con la que habremos fortalecido un lazo de empatía, una ayuda, quizás un apoyo, puede que una salida a un temor irracional y, frecuentemente la comprensión y la certeza de que no estamos solos y de que todos en ocasiones tenemos sentimientos muy parecidos.

Todo es avanzar para mejorar, para ser un pelín más adulto y la madurez lentamente nos irá alcanzando... La rabia, la pena, la congoja, el vértigo y la pérdida son parte del día a día y tenemos que estar preparados y saber que no estamos solos. El tiempo con su mano reparadora extenderá un manto protector y expandirá una suave niebla en la que la memoria dormirá tranquila.

24 de abril de 2009

Elástica mirada de niño

El otro día, el tito Juan y la tita Raq fuimos a llevarle unas pelis a Javichu para ver una juntos. Se trataba de un pack que incluía dos de las pelis que más nos gustaban de nuestra infancia: "Dentro del laberinto" y "Cristal oscuro". Pero, además, había una tercera más actual sobre un príncipe Sigfrido que tiene que matar al dragón que custodia el tesoro de los nibelungos (qué original, ¿verdad?).

Por supuesto, cuando mi sobrino escuchó la palabra dragón ya no hubo forma de meterle en laberintos ni de buscar cristales, de modo que pusimos la patata de la que os hablaba. A los diez minutos de empezar la peli, el bueno de Sigfrido ya estaba retozando con una esquelética reina de Islandia en una super coreografía chenchual de lo más cutre que a mí me tenía con los pelos de punta, porque -pensé para mí- si quitamos ahora la tele, o me pongo delante como hacía mi madre o cualquier maniobra de ese calibre, no haré más que alentar la curiosidad de Javi y darle más importancia de la que tiene. Afortunadamente para todos, mi sobrino tiene bastante más inteligencia que yo y enseguida dijo... "Creo que se han enamorado, tita". Casi me muero de la risa...

Ahí no acaba la aventura, porque la peli era en ocasiones bastante violenta (lo cual ya sí que me tenía escamada) hasta tal punto que en un momento dado Sigfrido, que era un héroe bastante poco recomendable como modelo a seguir, le corta la cabeza a un tipo, y ésta sale rodando escaleras abajo (vamos, que se recrea bastante en el asunto). Y ahí sí que Javi me dejó sentada de culo cuando me clavó su mirada azul y me dijo "Esta película está hecha por ordenador porque no se le puede cortar a un señor la cabeza ¿verdad, tita?".

Y es que los niños son muy elásticos, si se caen rebotan en el suelo y siguen corriendo, si se lo proponen hacen una voltereta sobre sí mismos y cuando su mirada tropieza con algo decididamente lamentable como el leño que nos tragamos el otro día, ellos le dan una explicación a cada desliz y se quedan con lo que mola (el bendito dragón, que en una peli de ¡¡¡3 horas dios mío, por qué no comprobamos la duración!!! sale apenas cinco minutos).


Reitero lo que decía en una entrada anterior: errare humanum est. ¡Qué humana me sentí el otro día!

18 de abril de 2009

Una mirada inquietante

Frío que cala hasta los huesos. Una intensa humedad pegajosa. La cara helada, las manos buscando refugio. Los pasos, indecisos, no saben dónde van a poder asentarse puesto que de las paredes fluye agua y el terreno es resbaladizo.

Y allí está ella, colgando de su tela, laborando un día más. Ajena a mis pensamientos, ajena al susto que me ha propinado, ajena al mundo, teje su trampa cuidadosa. También ha sido madre, recientemente además. Pero eso yo no lo sé a ciencia cierta, o quizás sí, no importa. Es lo de menos. Las sombras se proyectan en la cueva prolongando los cuerpos y haciéndolos inmensos. Del mismo modo yo proyecto la sombra de este relato para estirar las ocho patas de mi amiga y crearle un pasado y un presente que se escapa entre suspiros y un futuro que es totalmente inevitable y nos atrapa por oleadas. Igual que los finísimos hilos que salen de su cuerpo, que se adhieren a cualquier presa que los toca. Cuanto más avanzas, querido lector, más prisionero eres de las palabras, más sed de saber te brota de las entrañas y no puedes escapar, muy a tu pesar. Tu voluntad se diluirá hasta que llegue el momento. Sigue respirando, y tratando de desenredarte, apenas te reconoces ya. Espera, ya casi te alcanzo.

16 de abril de 2009

Soy un hombre muerto

"Je est une autre", dijo clavándome sus cansados ojos azul celeste. "Nací viejo, soy un hombre muerto. Vago buscando respuestas, es más ¡desafiando a quienes creen haberlas encontrado!¡Pobres ignorantes!".

Se había bebido la vida, había recorrido países cuyos nombres no conseguía siquiera recordar, se había ganado el pan de mil maneras (también lo había robado en algunas ocasiones) y ahora, antes de haber cumplido los cuarenta, su cuerpo no se henchiría de gozo nunca más. Sencillamente había caído en una especie de letargo amargo, su sensibilidad, mermada por todas las experiencias por las que había pasado como un tren a toda velocidad, no respondía a ningún estímulo. Desgajado de sí mismo, se sentía preso de su cuerpo, insultantemente hermoso a pesar del mal trato recibido por su propio habitador. No se reconocía en el espejo, como una suerte de Dorian Gray que no había proyectado sus pecados sobre ninguna otra entidad. Era un saco de perversiones que sin embargo no se había acabado pudriendo en su propia ignominia. Y se preguntaba incansablemente si es que la justicia divina en la que tantos creen no era sino otra estúpida telaraña en la que el hombre se había enredado. Alguien dijo que el hombre creó a Dios y que nunca sabrá cómo desembarazarse de su propia creación. Si somos el Dios de nuestro Dios, ¿qué es el tiempo sino una paradoja en la que vivimos muriendo tratando de adquirir una conciencia que a la vez nos ofusca y nos confunde irremediablemente? ¿Creamos para entender la destrucción, la finitud, el final? ¿Destruimos para entender la creación, la ciclicidad, el comienzo?

Él lo sabía. Yo, muy a mi pesar, acababa de descubrirlo.

15 de abril de 2009

Errar por errar

Está claro, como dijo aquel "el sentido común es el menos común de los sentidos". El ser humano se tropieza una vez y otra en la misma piedra, no la reconoce cuando aparece de nuevo en su camino y, ¡pum! se topa con ella y todavía se sorprende.

Aprender es un proceso largo, en el que es fundamental la repetición, pasar una y otra vez por las mismas líneas, por las mismas ideas, por las mismas palabras, para fijarlas y una vez interiorizadas poder moldearlas, matizarlas, permitir que el pensamiento avance y se esparza a sus anchas, creciendo libre al fin, pues sus raíces se encuentran firmemente asentadas.

Sin embargo adolecemos desmemoriados, incapaces de recordar, de retener, de abarcar y ese es uno de los mecanismos de los que se vale el cerebro para poder procesar la ingente cantidad de información que pasa diariamente por nuestras neuronas. Lo que nos mata que es nuestra carencia de retentiva, es lo que nos da la vida porque nos evita el colapso total. Mi pregunta es la de siempre ¿qué hacemos aquí? ¿Acaso somos un juguete divino? ¿Un proyecto errado? ¿Un ensayo inconcluyente? ¿Para qué vivir? ¿Es lo único importante el camino?

Estos son los interrogantes que cada poco me sobresaltan porque no entiendo y la esencia del ser humano es la de no entender y la de buscar respuestas y la de tratar de comprender lo incognoscible. Errare humanum est.

14 de abril de 2009

Foticos de Navia y alrededores







Os cuelgo algunas fotos del viaje de Semana Santa, en ciernes la preparación de uno a oriente medio... no os digo más para dejaros picados... jur jur.


13 de abril de 2009

Morfología de la soledad


Los lugares costeros inculcan cierto carácter austero en las gentes vinculadas a la mar por profesión o por melancolía. Las personas que habitan en sí mismas muestran soledades sonoras, retumbantes y plenas y las exhiben sin remordimiento ni vergüenza por el qué dirán. Bastante tienen con soportar el tedio, la infinita extensión de las horas sin otra compañía que la nada en derredor y quizás de rumor y la bruma de las olas rompientes resonando en la cabeza.

En los cafés y en los bancos de las calles, en los puertos como en los profundos valles se encuentran ancianos recostados, poetas frustrados, viandantes extraviados y árboles secos. Mil y una formas de soledad, como la de los cementarios erigidos sobre rocas en abismo o la de las casas perdidas en la niebla asediadas por la hiedra y el polvo del tiempo.

En el eco de las cascadas como en el nacimiento de los arco-iris resuena la canción de los cautivos del mar, de aquellos que tras la estrepitosa tormenta, el granizo o la nieve siguen anhelantes el sonido de los pasos perdidos, las huellas imborrables de tiempos de festejo y acogida en una gran familia ahora desmembrada y sometida a las acometidas del mar.

Asturias es agua y soledad.

7 de abril de 2009

Amnesia selectiva o jugar a ser Dios

Cada día, al abrir el periódico, un nuevo espasmo sacude mi corazón... lo próximo será borrar nuestros recuerdos, supuestamente a nuestro antojo. "Somos lo que recordamos". Pero es que efectivamente, ¿no teníamos suficiente con la manipulación genética? Pues se ve que no, el débil y estúpido ser humano se plantea modificar su mente antes de comprenderla. Así que, si quiere ud. dejar de fumar, pronto contará con la terapia de la amnesia selectiva. ¿Seremos capaces de engañar a nuestra mente? Lo dudo muchísimo. Puedes olvidar que eras fumador, incluso el aroma del tabaco, pero no por ello dejará de gustarte su sabor o su efecto en tu cuerpo (mal que te pese) así que recaerás indefectiblemente, solo que cada vez será la primera para tu maltrecha memoria.

Me parece una de las ideas más horribles que ha podido tener un científico, aunque reconozco que saben venderla bien. Porque quién no querría olvidar un trauma infantil que te mantiene paralizado o un espantoso recuerdo que te impide seguir con tu vida... sin embargo lo que hace que seamos lo que somos y como somos son nuestras experiencias previas, nuestra visión del mundo está conformada por nuestro bagaje. Jugar con la memoria es jugar a ser Dios lanzando unos dados al aire sin saber dónde pueden caer ni lo que hay escrito en cada una de sus caras. Apenas sabemos cómo funcionan los mecanismos de la memoria ¿y pretendemos manipularla? ¿No será que pretendemos desembarazarnos de cualquier dolor? ¿Pero no es acaso el dolor necesario para la vida? Quiero decir, si nacemos sufriendo, rompiendo el silencio con un desaforado llanto que nos permite comenzar a respirar... ¿por qué eliminar el dolor? ¿por qué eliminar el duelo? ¿por qué eliminar lo desagradable? ¿por qué siempre tratamos de desembarazarnos de aquello que somos y que nos hace ser humanos?

Imagino un mundo en el que las personas han olvidado que han muerto los seres a los que amaban "para dejar de sufrir" o que viven en un estado de amnesia drogadicta en la que no se tolera ningún tipo de sufrimiento. Me vienen a la cabeza Huxley y Orwell y me dan ganas de vomitar. No comprendo que seamos tan inconscientes, tan esclavos del mercado y tan incapaces de asimilar lo que es la vida. Prefiero el mundo en el que habitábamos en el que cuando alguien fallecía vivía en mí y en el recuerdo que transmitía... olvidar es el estado más próximo que se me antoja a ser un zombie, un "no muerto" a la par que un "no vivo".

3 de abril de 2009

El vals de las especias

Retomo el sano arte de la gastronomía ahora que tengo tiempo. Mis ojos se pieden en el cielo azul, de camino al trabajo mientras pienso qué prepararé hoy de comer.

Y se me antoja ese delicioso pollo abobado en huevo y perejil, pasado por pan rallado que queda crujiente y calentito, con esa carne blanca y delicada en su interior... o esa estupenda ternera en salsa de naranja y zanahorias que prepara mi mamá, y que queda tan tierna y aderezada... o ese solomillo a la pimienta bañado en nata con almendras, o esas exquisitas albóndigas rellenas de carne con frutos secos que tienen ese suave toque dulce y a la vez salado... o ese sabroso pescado, cocinado con el zumo del limón recién exprimido y sazonado con aromático eneldo...

Además, con la semana santa en ciernes ya empiezo a pensar en preparar unas torrijas a la canela, mojaditas en leche, o incluso esos bollitos que hago a veces de huevo y pan rallado pero variando la receta para endulzarlos y que su sabor se asemeje más al de las susodichas torrijas.

¡¡Qué placer tener tiempo para estar en casa y poder cocinar!! Comer siempre caliente, comer siempre acompañada y sin prisas, comer bien, comer sanos y sabrosos platos como los de antes: en familia. Y cuando tenga hijos cocinaré para ellos, para que sepan lo que son unas buenas verduras, una ensalada colorida y variada, un rico plato de lentejas con laurel, unos huevos fritos de esos que tienen la yema bien naranja y blandita, unas buenas fresas de las que te dejan los dedos colorados y un potente aroma frutal y un arroz con conejo como los de la abuela.


Se me antoja como un baile de especias, cayendo, de mil colores, la pimienta, el perejil, la albahaca, el orégano y el estragón, entre tomillo y romero, ajo seco y nuez moscada, canelas y vainillinas esperan mi llegada a casa para comenzar su danza.

2 de abril de 2009

Reproches

¡¡¡Cuánto tiempo de nuestra vida hemos desperdiciado en lanzar reproches!!! Esta mañana un chaval de mi edad se ha pasado toooooooooooooodo el trayecto enzarzado en una discusión con su novia en la que el susodicho le reprochaba su actitud a ella y ella a él. Cuarenta interminables minutos de agria polémica en torno al "siempre llegas tarde" y el "pues anda que tú", jalonados por los momentos de espera más bochornosos relatados por ambos a grito pelao.

Cuando pienso lo desgraciada que yo he llegado a ser cuando vivía en una relación cargada de reproches, me doy cuenta de lo afortunada que soy ahora y de que hay formas más inteligentes de resolver los problemas si uno es práctico y consecuente (esto lo he aprendido de Juan, que es un maestro de la paciencia y de la tolerancia).

Así, ahora cuando alguien tiene una actitud insostenible, se lo digo abiertamente: "por favor, no me vuelvas a hacer esto porque me hace sentir muy mal". Y si no cambia, pues puedo hacer dos cosas: poner en la balanza si me compensa esa actitud y que el balance sea positivo implica aceptar que esa persona es así, y no pasar todo el día discutiendo; si el balance se inclina por el lado negativo y confirmo en mi fuero interno que no puedo soportar esos comportamientos, a otra cosa, mariposa.

Todavía recuerdo cuándo tomé esa decisión, pero sobre todo recuerdo que la tomé para siempre, no estoy dispuesta a soportar a esas personas que te buscan el límite, que te hacen sentir tonto o pequeño, que no respetan tu tiempo ni tu espacio y que piensan que pueden disponer siempre de ti "porque eres tan buena"... No me considero ni buena, ni mala, ni mejor ni peor que antes, simplemente exijo el respeto que me merezco como persona. Y punto.

Si alguien tiene algún problema pues oye, qué le vamos a hacer, nadie es perfecto ni tiene la obligación de llevarse bien con todo el mundo. Las personas, gracias al cielo, tenemos libertad de elección para compartir el tiempo con quien nos place, sin tener que soportar que nadie nos imponga ningún criterio.

Antes no era así, antes tragaba y callaba y aguantaba y encubría y toleraba y soportaba. El día menos pensado, claro está, estallaba en un acceso de cólera y nadie se explicaba cómo por una nimiedad podía enfurecer de esa manera (no sabían todo lo que había sucedido con anterioridad).

Si ahora alguien se comporta como un capullo, se lo digo si me importa como persona para que pueda mejorar, paso de largo y sigo mi camino si no me importa y me quedo con la gente que me aporta y a la que creo que yo también le aporto algo. Porque aguantar hasta explotar es absurdo, y sumirse en un mar de reproches, totalmente contraproducente. Si tu pareja no te hace feliz, o si un "amigo" te hace la puñeta piensa primero si se merece tu sufrimiento, si es algo pasajero y puntual o si ha cambiado y ya no es el que era. Digo yo que hay formas de detectar cuándo merece la pena pringarse hasta las rodillas por alguien. Pero no lo hagas si no es así porque solo puedes sufrir en vano y perder tu tiempo y tu pacienda durante horas al teléfono.

Nota para recordar: las personas cambian PERO lo hacen por sí mismas. No trates de cambiar a nadie pero ten en cuenta que el proceso erosionador del tiempo hace mella en las personas y puede hacer que ya no sean como fueron. Nadie es igual que en el momento presente ad infinitum.

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