Taller Encantado

English cv French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

15 de diciembre de 2008

Por qué era necesaria la muerte de Dios

Entrevista a Crystal Fuentes
Violeta G.
27/12/2027

Crystal es una mujer madura, vivió hechos decisivos durante su juventud que la convirtieron en una pieza clave en el acto de salvación espiritual global del pasado día 25 de diciembre
Violeta G: ¿Por qué ese acto y cómo cree que repercutirá en el futuro inmediato?
Crystal Fuentes: Al acabar con todas las religiones en ese acto simbólico de matar a Dios en todo el mundo, las personas se deshicieron de las diferencias que existían entre unas y otras. Todos somos iguales en verdad y nos hemos dado cuenta de ello al librarnos de la jerarquía que nos imponía cómo debíamos pensar, qué decisiones debíamos tomar o qué batallas debíamos librar, en numerosas ocasiones incluso contra toda lógica. Si te preguntas por qué cayó, por qué fue necesaria su muerte y por qué razón estamos solos te la diré: es fácil caminar por la vida teniendo siempre el aval invisible de las palabras "Dios ha puesto esto en mi camino" o "Dios ha querido que lo hiciera". Afortunadamente ya nada nos exonera de nuestras culpas. El hombre es por naturaleza un animal como cualquier otro, por tanto, es también un ser imperfecto, competitivo, capaz de lo peor y de lo mejor. Y está solo, nada le guía salvo el invisible camino que el tiempo le pone por delante y del que no se puede zafar. Ahora ya nadie cree en ningún Dios, las personas son dueñas de sus actos y de sus palabras, asumen las consecuencias de cuanto hacen y son libres pues sólo han de rendir cuentas a su conciencia.
V. G: ¿Considera decisiva la secularización de la vida cotidiana?
C. F: Deberíamos habernos dado cuenta antes de que nuestras creencias religiosas estaban al margen del proyecto común por el que luchábamos: la sociedad, la cultura, la educación. Habríamos hecho bien separando el ámbito de la fe del ámbito de la acción: la caridad no tiene más que un sentido egoísta, el de la salvación a través de las buenas obras; el altruismo sin embargo supone la búsqueda del bien común sin necesidad de recompensa. Me pregunto cuántas vidas habrían podido salvarse en el mundo desde el principio de los tiempos si nos hubiéramos liberado antes del yugo de la religión o si, sencillamente, lo hubiéramos sabido reducir al ámbito de la individualidad, a nuestro ser más íntimo que es al fin y al cabo nuestra esencia espiritual. Hemos acabado con el Dios social, pero en este nuevo escenario de libertad que hemos creado siempre habrá un espacio para la creencia individual. Simplemente no será la única guía de nuestros pasos ni la causa de nuestra voluntariosa autocompasión. Nos moverán otros valores alejados de la búsqueda de paraísos perdidos y nos pondremos manos a la obra para construir un mundo mejor entre todos, sabiendo que es nuestro presente lo único que nos sustenta.

11 de diciembre de 2008

Esa mujer

Encantadora... de serpientes. Posee una capacidad innata para liderar a la manada, es capaz de callar con su elocuencia al más pintado. Antes de que puedas darle una respuesta te habrá acribillado a preguntas aparentemente ingenuas. A todos hace reír y a todos riendo les lleva a su terreno. Todos repiten sus palabras aunque no se dan cuenta. Hace lo que quiere, cuando quiere y si quiere. Es brillante, inteligente, sagaz, ingeniosa y perspicaz, traspasa a las personas con su mirada escrutadora y en un instante se apercibe de los puntos débiles de cualquiera. Todo lo utiliza, porque todo es valioso para sus manipulaciones, por eso necesita conocer hasta la última anécdota de tu vida cotidiana. Te hará flaquear, tentará tu perseverancia, y si tiene ocasión y le interesas exprimirá tu ser hasta dejarte vacío y en la cuneta. Serás su juguete hasta que se canse de ti. Es capaz de destrozar una vida por diversión porque es perversa y porque disfruta infligiendo dolor. No siente empatía, ni se compadece jamás. Aunque sabe perfectamente en qué consiste cada emoción, jamás las ha experimentado, por eso nunca sacia su sed de saber, de experimentar, de preguntar... Conoce mis miserias, tus miserias, sus miserias. Sobre todo porque es más miserable que nadie. Lo sabe, sabe que su propio veneno la está emponzoñando pero necesita ir hasta el final en todo lo que emprende, aunque sea su propia destrucción.

La he descubierto, de hecho, la descubrí hace tiempo: es una psicópata peligrosa, que ensucia todo lo que toca, pervierte a todo lo que se le acerca y corrompe hasta lo más sagrado. Pasa por encima de todo y de todos, solo una cosa puede detenerla y es su propia avaricia que va precipitándola al final. Al haberla cazado, juego con ventaja. Mi sexto sentido me dice que no seré testigo, porque somos totalmente incompatibles y la vida nos llevará por caminos muy diferentes, pero que caerá y lo hará estrepitosamente. Lamentablemente arrastrará a muchos otros consigo.

Mi paraíso


Cascadas multicolores de aromas exquisitos, un cielo azul jalonado siempre por esponjosas nubes blancas, grises y rosadas, la naturaleza rebosante de belleza y esplendor, amable y acogedora, cual madre que protege a su prole. Días de fina lluvia y arco-iris inmensos, lagos cristalinos y ranas saltarinas. Ese es el mundo en el que quiero vivir yo, con el que sueño. Es un mundo de dibujos animados, en el que nunca podría entrar siendo como soy de carne y hueso. Para poder acceder al paraíso hay que morir, cruzar la frontera y renacer de nuevo, esta vez sin cuerpo, toda alma reluciente y entregada. Cuando soñamos morimos para despertar y romper el hechizo, sólo cuando a las pupilas les sea arrebatado el color y el aire al pecho, podremos en un postrero suspiro acceder al mundo de nuestros sueños. En ellos también habrá espesura y bosques añejos, raíces torcidas y gatos tuertos. Pero serán todos bellos pues bellos nacieron. En este mundo de dolor y sufrimiento hubo un dios que nos hizo también bellos, pues dicen que a él mismo nos parecemos. Luego en su seno también conviven el cielo y el infierno.

NO QUIERO QUE ESTO SIGA PASANDO

Cuando la gente me mira, nadie sabe lo que pienso, cómo me siento ni tienen la más mínima idea de lo que me ronda la cabeza. Tiene que ser así. Cada mañana ajusto cuidadosamente la máscara a mi piel, muy pegada, muy pulida y asentada para que ni siquiera aquellos que dicen conocerme íntimamente tengan una sola pista. Suelo escoger la cara de buen compañero, de amante esposo y trabajador leal. Pero absolutamente nadie conoce al ser que se esconde dentro. Mi mujer dice que me ama. Por eso siempre me perdona. No sabe cuánto disfruto escondiendo su bolso para luego poder reprocharle la mala memoria que tiene. Tampoco podría imaginar que cuando me dejo llevar siento un íntimo placer golpeándola, recordándole lo inepta y ridícula que es. Las mujeres son así, cobardes, sucias e infieles por naturaleza. Tengo que recordárselo porque de lo contrario se le subiría a la cabeza lo bonita que es. Tiene que pasar por ello para poder ser mejor persona, verse desfigurada, empequeñecida, tonta. En ese momento, por un instante, me ve de verdad, solo ella, pero rápidamente cambio mi máscara por la del arrepentimiento. Un ramo de flores y unos días de ensueño hacen que vuelva a confiarse. A veces hasta tengo que llorar y trabajar duro para convencerla. Pero ella sabe que es temporal y aún así, seguimos juntos. Nos queremos de verdad, me acepta como soy y yo sé lo que necesita. Debo tener cuidado para no hacerla sangrar, no vaya a ser que una de estas amiguitas feministas tenga la feliz idea de levantar la liebre. Aunque no creo que vuelva a verlas después de la última paliza. Creo que aprendió la lección y ya sabe quién manda en esta casa.


Me quiere, y yo a él también. Muchísimo. Es su genio, que le pierde. Por qué tendrá esos ataques de ira... debió pasarlo muy mal de niño, por eso nunca habla de su padre. Cada vez duermo peor, tengo pesadillas. Cuando me despierto en medio de la noche, me gusta ver cómo duerme, con esa cara de ángel. Se le ve tan tranquilo... Lo peor son los insultos. No comprendo cómo puede decirme esas cosas o pensar que voy a irme con el primero que pase. Y qué hago con Sofía y Lorena, qué excusa les pondré esta vez. Suerte que no han visto la escayola ni la quemadura. Creo que voy a dejar el trabajo. A lo mejor si paso más tiempo en casa y le demuestro que no soy una cualquiera se da cuenta realmente de que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Si no no sé cómo se lo tomará... cómo se lo digo... pensará que no es de él, o algo peor, nunca sé por dónde puede salir. A mí que me haga lo que quiera pero al niño que llevo dentro, por dios que no lo toque. A lo mejor debería pedir ayuda pero ¿a quién? No, no, es imposible, me moriría de vergüenza si alguien supiera cómo me siento. Pero cada vez me cuesta más fingir y me encuentro más sola. Aunque en el fondo me lo merezco por torpe, por despistada y por no estar a su altura. La suerte es que no me deje, porque sin él no soy nada. Él fue mi primer amor y todo lo hemos ido descubriendo juntos. Ni siquiera recuerdo mi vida antes de conocerle.


Esta es la cosa más triste que he escrito en muchos años. Lo siento.

8 de diciembre de 2008

Retrato collage

INDIVIDUO 1-Siempre cabizbaja, caminaba sola, ensimismada, abrazada a sus libros y encogida. Me parecía muy pequeñita y desde luego la calificaría como un bicho raro. Apenas se relacionaba con la gente, tartamudeaba si alguien le hacía una pregunta directamente y ¡era tan patosa! No recuerdo su nombre, pero el caso es que formaba parte del paisaje, no sé. Resulta extraño no cruzarse con ella por el pasillo.

INDIVIDUO 2-Me hace gracia que me preguntes por Emma porque ahora mismo acabo de acordarme de ella. Rebuscando en una tienda he encontrado una de sus películas favoritas en edición de coleccionista y he ido directamente a la caja a pagarla, pensando que en dos semanas es su cumpleaños (se echa a llorar). Lo siento, para mí no ha pasado el tiempo... no me acostumbro a su ausencia, (enjugándose las lágrimas) solíamos pasar horas y horas charlando y viendo películas juntas. Era mi alma gemela, no daba un paso sin consultárselo primero. Siempre era tan comprensiva y afectuosa...

INDIVIDUO 3-No la conocía demasiado, pero tampoco despertaba en mí ninguna curiosidad. Me parecía la típica friki del montón. Demasiado atareada coleccionando figuritas de plástico como para descuidarse...

INDIVIDUO 4-Creo que se suicidó, la verdad. Parecía siempre melancólica. A menudo suspiraba y su mirada se perdía en el balanceo de las ramas de los árboles.

2 de diciembre de 2008

El despertar de los sentidos


Caminar en invierno, con los hombros encogidos, y la cabeza hundida entre ellos... con el helado viento aguijonando las orejas entumecidas y la nariz colorada e insensible... merece la pena sólo por el hecho de pasar frente a una humeante panadería, rebosante de aromas exquisitos, evocadores de crujientes y doradas cortezas que esconden en su seno la siempre esponjosa miga, mullida y calentita, tesoro infinito para paladares acostumbrados al buen hacer del artesano panadero.


La luz que irradia el escaparate nos devuelve la imagen del acogedor hogar. Como llevados por el flautista de Hamelin, el aroma inconfundible del pan recién hecho nos insta a entrar, inevitablemente. Qué enorme placer tomar en la mano aterida la barra de pan envuelta cuidadosamente en papel, que rápidamente nos devuelve la calidez y el aroma del hábito diario olvidado ya por desgracia.


Cuando era una niña, estaba deseando que llegara el fin de semana para quedar con mi mejor amiga e ir juntas a comprar el pan. Nuestras manos pequeñitas no podían resistir la tentación y picoteban primero el bollito y luego seguían barra abajo hasta dejarla a la mitad en el paseo de vuelta a casa.


Ni dietas, ni calorías, ni tonterías, reducir al absurdo una costumbre tan nuestra como comer pan es una verdadera pena. Desearía que todos los días fueran domingo para poder disfrutar siempre de la dulce sensación de saborear una sencilla barra de pan, porque en esos instantes, soy feliz y, de alguna forma, pequeña de nuevo.

Sitios que he visitado