Taller Encantado

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19 de junio de 2009

El peso del destino

Zas! Si uno se pasa más de media hora redactando un e-mail, eligiendo las palabras y el tono, destacando lo que realmente quiere expresar y abriéndose el corazón para que el destinatario comprenda y se haga cargo ¿por qué tiene que bloquearse el ordenador súbitamente? En fin, nunca he sido muy inteligente, pero creo que comprendo las señales del destino. Eran palabras que nunca debían haberse escrito, que se perderán en el anonimato de los unos y ceros del lenguaje digital.

Son sentimientos que fueron volcados con mucho trabajo en palabras, esas palabras representaban una primera verdad con la mayor fidelidad de la que fui capaz de transmitir, y ese constructo se han desvanecido para siempre. El camino recorrido desde mi alma hasta esa persona se ha roto. La metamorfosis de la codificación ha destrozado la comunicación.

Me liberé de la carga, de la angustia, de la pena, puesto que al menos fui capaz de expresar lo que me andaba hiriendo dentro, al menos en parte, al sacarlo fuera de mí y poder mirarlo con los ojos. Y si se ha perdido, por algo será.

Agnóstica y determinista ¿alguien puede comprender esto? No creo en un ser superior, pero sé que las cosas suceden por alguna razón. Quizás esas palabras sencillamente ya no me pertenecen.

A veces me siento como el personaje de una peli de Isabel Coixet en la que los mensajes nunca llegan a su destino, en el que las palabras se extravían, los sentimientos se enquistan y las vidas desfallecen sin alcanzar la comprensión del otro. Leñe.

3 comentarios:

Aire Fresquito dijo...

Isabel Coixet también tiene su punto. No reniegues de ella ;-)

De las nuevas tecnologías yo no me fiaría nunca. Reivindiquemos las cartas de 4 hojas por las 2 caras escritas a mano y las llamadas interminables por el fijo de casa ;-)

Lolita blues dijo...

Jajaja! Adoro a Isabel Coixet, pero reconozcámoslo, en todas sus pelis hay un mensaje que no llega a quien tiene que llegar. Como en Cyrano, la verdad queda oculta hasta el final.

Mi vida no es un drama pero a veces veo analogías y me frustra que el destino entorpezca algunos momentos de presunta lucidez mental.

En fin, quizá no lo fueran.

-pequeña saltamontes- dijo...

lucidez mental?y que sino lo era, eran tus palabras y si que eran tuyas a pesar de que una asquerosa computadora se las quedara, estoy de acuerdo más cartas a mano y a dar trabajo a los carteros jeje.
Algún día las maquinas gobernarán el mundo,malditas todas, chuache ayúdanos¡¡¡¡ en fin este comentario si que se lo podía haber tragado mi maldita computadora jeje.
Te quiero guapi¡¡¡ te veo en nada¡

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