Taller Encantado

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20 de diciembre de 2010

No es tan malo ser mujer

Y lo dice alguien que lleva renegando del género femenino media vida, no porque odie a las mujeres o porque no sienta cierto orgullo de ser una, sino por la abundante cantidad de ejemplos diarios que nos ponen en cuestión por el hecho de no tener pene. Por tener que demostrar que podemos pensar y estar buenas a la vez, o que no es incompatible el tinte con el pensamiento crítico. En fin, media vida con la coraza puesta para descubrir un día de la manera más tonta que no es tan malo ser mujer, que al menos te da ciertas libertades frívolas como la de poder ponerte una bata con pompones o un gorro rosa fucsia. Y que esa sensación, produce algo de placer. Es bonito poder echarle el morro suficiente para poder ir hecha una petarda como Lady Gaga y que te nombren la mejor vestida del año, aunque sea a golpe de filetes. Tendrá que nacer un nuevo Tino Casal para que el género masculino se subleve y se atreva a colgarse patas de gallo. Entre tanto, aparte de fetiches eternamente castigados a parecer jóvenes y las mujeres podemos tener la jeta de ponernos unas botas de leopardo con una chupa de camuflaje y ya ni siquiera crearemos polémica. Es algo de lo que hay que alegrarse y, es más, propongo que al menos una vez al año nos liemos la manta a la cabeza y nos demos el gustazo de disfrazarnos, no de poli o de bruja sino de lo que realmente nos gusta. Y que el mundo nos mire con desesperación: somos mujeres y podemos permitírnoslo. No todo iban a ser pegas, tenemos patente de corso para ser abiertamente horteras y, lo mejor del asunto es que ya nadie puede definir qué es ser hortera...

2 comentarios:

Estanislao Gargayo de la Frijolera dijo...

Es cierto, ya nadie puede afirmar qué es hortera y qué no lo es. Vivimos unos tiempos que aun con todos sus inconvenientes nos han ido volviendo a todos menos pacatos, menos pusilánimes; todos más libres de mostrarnos.
Se han roto muchos esquemas y sería deseable que nunca más hubiera esquemas que romper sino que, para cada momento y cada lugar, cada cual creásemos un esquema instantaneo, fugaz, único e irrepetible.

Canichu, el espía del bar dijo...

Sinceramente, siempre se curran más la moda para mujeres que la de hombres. De adolescente yo quería unos vaqueros de campana con formas a los lados, como los rockeros de los 1970', pero sólo los vendían para mujeres, y llevarlos uno quedaba raro, así que no los comprabas. Aún pasa.

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