Taller Encantado

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6 de mayo de 2012

Mis 66 horas en París

París es la ciudad turística por excelencia. Visitar la tan traída y llevada "ciudad de la luz" es acceder a un icono cinematográfico reflejado en mil y una fotografías, novelas, obras literarias... Es inevitable quedarse boquiabierta al pie de la Torre Eiffel, disfrutando de las abundantísimas obras de arte que pueden encontrarse dentro y fuera de las pinacotecas y, cómo no, pasear por las calles tantas veces transitadas con los ojos.

¿Y si solo dispones de un puñado de horas? Hay que exprimir al máximo el tiempo en una ciudad tan generosa ¡y exigente! con el turista.


Nuestro tour fue corto, pero intenso, y al menos nos permitió vislumbrar un poquito de nuestra vecina París y nos dejó con ganas de regresar ¿qué más se puede pedir?

La primera parada era de ley: Trocadero y la Torre Eiffel, a la que subimos por las escaleras hasta la segunda planta y en ascensor hasta la picota. La niebla nos hizo imposible disfrutar de las vistas pero nos dejó con la sensación de estar volando entre nubes de algodón.


A continuación visitamos la imponente tumba de Napoleón en Les invalides, le Grand Palais y le Petit Palais, les Champs Elysées y l'Arc du Triumphe que ofrecía unas maravillosas vistas, esta vez más disfrutables.

Después de una rápida comida y un buen café/chocolate con croissants y pains au chocolat, el mundo se veía de otro color y habíamos cargado las pilas para llegar hasta la Plaza de la Concordia y admirar el maravilloso obelisco que preside la plaza. Posteriormente admiramos el edificio de la Ópera y la curiosa Iglesia de la Madeleine.

Para finalizar el día visitamos el barrio de Pigalle, donde vimos el famoso Moulin Rouge y subimos a Montmartre, pasando por el Sacre Coeur. ¡Qué maravilla!


Nuestro segundo día se dividió entre París y Versalles. Comenzamos visitando el Museo del Louvre, donde pudimos ver La libertad guiando al pueblo, la Victoria de Samotracia, la Gioconda... A continuación hicimos un viaje relámpago al Palacio de Versalles en el que después de esperar inmensas colas pudimos ver "algo" de lo que esperábamos y regresamos a París, donde visitamos uno de los lugares más preciosos de la ciudad: la Catedral de Notre Dame y la Librería Shakespeare que está frente a ella. Finalizamos realizando un pequeño crucero en el Bateau Bus, que nos permitió ver el atardecer en el Sena y los principales monumentos iluminados al anochecer. Llegamos a ver el encendido de las luces de la Torre Eiffel a las 23 horas.


El broche de oro lo puso la visita a la catedral y la subida a las torres, donde pude ver mis bienamadas gárgolas y alucinar con una maravillosa vista aérea de la ciudad en un día de sol impresionante. ¡Qué contrastes! En la Île de Sainte Louis desvalijamos una patisserie y seguimos ruta al Pateón, la Sorbonne y les Jardins du Luxembourg donde pudimos tomar el sol y degustar un helado delicioso antes de ir a comer al Quartier Latin.

El tiempo se va volando cuando uno disfruta al máximo de la belleza de una ciudad tan amplia y tan hermosa. Y así se deshizo el encantamiento y regresamos a Madrid.

¡No!

Que no te digan que tu tiempo no es valioso, que tu talento no merece ser recompensado o que no tienes que defender tus derechos, porque con tu esfuerzo y con el de los que te precedieron se han adquirido.

Que no te vengan con el cuento de que estás "sobreformado" o que tu curriculum es demasiado amplio porque todo lo que has aprendido y todas las experiencias que has vivido te han hecho ser quien eres.

Que no te hagan creer una mentira, ni justifiquen el abuso, ni legitimen el robo porque una falsedad mil veces dicha jamás será una verdad, y un ladrón siempre ha de temer la justicia.

Que no te hagan dudar de ti mismo, que no te hagan creer que te mereces el desastre porque hay cosas que no está en tu mano solucionar, que no te obliguen a asumir las culpas de aquello que no has hecho.

Que no te tomen por tonto, ni te hagan comulgar con ruedas de molino, ni te sometan a engaño, porque la realidad la puedes ver por ti mismo todos los días sin necesidad de intermediarios interesados.

Que no te corten las alas, ni te obliguen a conformarte ni mucho menos te exijan obediencia ciega, porque eres libre, soberano y responsable.

Ejerce tu derecho a negarte ante la injusticia, la mentira, el abuso y hazlo en voz alta entonando un sonoro y respetuoso "¡no!".

5 de mayo de 2012

¿Hasta dónde?

Hoy me han mostrado este vídeo y me han entrado ganas de llorar. Se trata de una campaña que denuncia de frente los abusos de poder, la corrupción, la indefensión frente a una policía comprada por las mafias... Me duele aún más porque conozco a personas muy queridas para mí que viven allí, en ese México que se desmorona pero en el que todavía existe un pensamiento crítico que eclosiona aunque incomode y cree polémica cuando pone a un grupo de excelentes actores que no son más que niños recreando escenas muy duras pero que tristemente parecen ser cada vez más cotidianas.

¿Hasta dónde va a llegar la violencia? ¿Hasta dónde la paciencia de la gente de bien?

Sitios que he visitado