Qué difícil es encontrar personas que buscan algo más allá de lo evidente, que revisitan los clásicos sin perder de vista las últimas tendencias del arte. Esas personas son cazadores de sueños, siempre atentos como esponjas para encontrar la belleza, aspirarla con detenimiento y habitar en ella con cautela, como aquél que pasea sobre una fina hoja de hielo y se sabe tan frágil como el terreno que pisa.
Qué curioso es encontrar de forma fortuita a esos seres tocados por la mano de un ángel que son capaces de llorar ante una hermosa fotografía o detenerse a leer lo que cualquier pobre diablo se ha sacado de la chistera.
Afortunados aquellos que aún comprenden que el cine no es ver una película en HD en el sofá ni los grandes efectos especiales, sino una historia. Dichosos los que buscan complejidad en lo que ven y en lo que escuchan y no se dejan arrastrar por la molienda de los vanos ecos eternamente repetidos. Y es que ver no es mirar, oír no es escuchar y sentir requiere mirar, escuchar y dejarse llevar por toda una serie de estímulos que te llevan a vivir mil vidas paralelas. Eso es el cine. Entre otras cosas.
Qué curioso es encontrar de forma fortuita a esos seres tocados por la mano de un ángel que son capaces de llorar ante una hermosa fotografía o detenerse a leer lo que cualquier pobre diablo se ha sacado de la chistera.
Afortunados aquellos que aún comprenden que el cine no es ver una película en HD en el sofá ni los grandes efectos especiales, sino una historia. Dichosos los que buscan complejidad en lo que ven y en lo que escuchan y no se dejan arrastrar por la molienda de los vanos ecos eternamente repetidos. Y es que ver no es mirar, oír no es escuchar y sentir requiere mirar, escuchar y dejarse llevar por toda una serie de estímulos que te llevan a vivir mil vidas paralelas. Eso es el cine. Entre otras cosas.
1 comentario:
pienso similar en cualquier modalidad del arte.
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