Sabias son aquellas, que, diestras, conocen los entresijos de las maderas. Se deslizan delicadas recorriendo y puliendo las superficies, tratando con mimo las obras y los objetos. Buscan hacendosas, seleccionan con cuidado, tratan con respeto y tacto tanto la mayor obra de arte que pueda imaginarse como la peor copia de baratillo que pueda adquirirse por cincuenta céntimos. No importa.
Para la mano creadora, enmarcar es una forma de dignificar aquello que va a recogerse dentro del marco. Quizás su mayor valor no sea la belleza, ni su calidad artística, ni siquiera su valor monetario, eso queda para su dueño. Aquellos que se dedican sencillamente a cumplir los deseos del cliente buscan la forma de hacer de ese objeto "algo mejor". Para ello, esas manos sabias por las que tantas cosas han pasado ya, recorren muestrarios de passe-partouts, de molduras, de cristales... prueban acabados, intentan darle voz y entidad al objeto haciéndole gritar bajo una enmarcación sencilla o callar rodeado de ostentación y dorados.
Para la mano creadora, enmarcar es una forma de dignificar aquello que va a recogerse dentro del marco. Quizás su mayor valor no sea la belleza, ni su calidad artística, ni siquiera su valor monetario, eso queda para su dueño. Aquellos que se dedican sencillamente a cumplir los deseos del cliente buscan la forma de hacer de ese objeto "algo mejor". Para ello, esas manos sabias por las que tantas cosas han pasado ya, recorren muestrarios de passe-partouts, de molduras, de cristales... prueban acabados, intentan darle voz y entidad al objeto haciéndole gritar bajo una enmarcación sencilla o callar rodeado de ostentación y dorados.
Pero lo que te atrapa totalmente es el trabajo de montaje cuando se hace bien, con cariño y sin prisa. Es lo que realmente hace que el cliente diga al final: "ha quedado precioso, muchas gracias". Y es que algo de creación tiene todo este proceso.
3 comentarios:
que bien me conozco este proceso...hay que tratar con mimo tooodas las obras...el día que te cargues una...ni pensarlo gups!!!
Pues que me guay que tengas que utilizar las manos artísticamente. Hay algo muy sexy en eso ;-)
La verdad es que me quedo embobada literalmente viendo a mis compis cuando montan los cuadros. Es muy bonito. En concreto me encanta el mimo que ponen algunas personas, que en verdad acarician las maderas, les dan el acabado a los cantos, y lo hacen con esa parsimonia hermosa típica de quien tiene el gusto del buen hacer.
Es sexy, sí, pero sobre todo es bello.
Besos!!
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