Qué difícil es no sucumbir al deseo nosotros que todo lo tenemos a nuestro alcance. Parece misión imposible no tratar de escabullirse de la propia moral, dejar encerrado a Pepito Grillo en el armario y tirar la llave al mar.
Qué difícil cumplir con el deber y la obligación, qué difícil ser solidario y no pasar los lunes al sol, qué difícil ser responsables y coherentes, conscientes y perseverantes... con lo accesible que está la pequeña mentirijilla piadosa, el parche y el escamoteo...
Sucumbir o mantenerse fuerte, ceder a la dulce tentación o resistir sintiendo el lastre de la condena. Dejar libres nuestros demonios y hacer de nuestro capricho nuestra bandera o atar nuestras pasiones, no dejar libre el desenfreno.
En el punto medio está la virtud, diría el amigo Aristóteles.
Qué difícil cumplir con el deber y la obligación, qué difícil ser solidario y no pasar los lunes al sol, qué difícil ser responsables y coherentes, conscientes y perseverantes... con lo accesible que está la pequeña mentirijilla piadosa, el parche y el escamoteo...
Sucumbir o mantenerse fuerte, ceder a la dulce tentación o resistir sintiendo el lastre de la condena. Dejar libres nuestros demonios y hacer de nuestro capricho nuestra bandera o atar nuestras pasiones, no dejar libre el desenfreno.
En el punto medio está la virtud, diría el amigo Aristóteles.
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