La luz se filtra entre las hojas verdes, recortadas caprichosas sobre el cielo azul. Las flores salpican de mil tonalidades los jardines, los maceteros y los parques, impregnando de belleza el manto vegetal del que emergen.
Desde su primer estadio hasta la explosión de la madurez y su posterior declive, el ciclo de la vida retorna cada primavera para inundar nuestros sentidos de color y nuestra mirada de esperanza y alegría.
El canto de los pájaros se torna melodioso, los árboles comienzan a mostrar sus frutos y la fronda se embebe de secretos que las hojas susurran a los enamorados en el corazón de los espesos jardines. Es tiempo para el amor y para el arte, puesto que la creación misma se engalana para regalarnos sus mejores dones.
Atento a la primavera, caminante, puesto que al bordear cualquier estanque, de entre los nenúfares pueden emerger fragancias prohibidas o cantos de sirenas de agua dulce que seduzcan tu oído y quizás te pierdan en la noche de la embriaguez más exquisita...
Desde su primer estadio hasta la explosión de la madurez y su posterior declive, el ciclo de la vida retorna cada primavera para inundar nuestros sentidos de color y nuestra mirada de esperanza y alegría.
El canto de los pájaros se torna melodioso, los árboles comienzan a mostrar sus frutos y la fronda se embebe de secretos que las hojas susurran a los enamorados en el corazón de los espesos jardines. Es tiempo para el amor y para el arte, puesto que la creación misma se engalana para regalarnos sus mejores dones.
Atento a la primavera, caminante, puesto que al bordear cualquier estanque, de entre los nenúfares pueden emerger fragancias prohibidas o cantos de sirenas de agua dulce que seduzcan tu oído y quizás te pierdan en la noche de la embriaguez más exquisita...
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