Mi suegra casi se sube a la mesa cuando las ve, pero la verdad es que en cuanto las tienes un rato cerca de ti, las coges, las acaricias, jugueteas, les das de comer y convives con ellas, te ablandan el corazón y dejas de pensar que son roedores, o, mejor dicho, te da lo mismo (sobre todo a los que les tienen fobia).
Esta tarde, allá que iremos al zoológico de Iria, a ver si agrandamos la familia con dos nuevas jerbitas: dos hermanas de poco más de un mes, una burmesita y una negrita. A ver qué tal se llevan con sus nuevas compañeras de piso...
Cuando les haga fotos las cuelgo para que las conozcáis.
Saludos y si alguien se anima, Iria tiene más para regalar, así que dadme un toque y lo vemos.
Esta tarde, allá que iremos al zoológico de Iria, a ver si agrandamos la familia con dos nuevas jerbitas: dos hermanas de poco más de un mes, una burmesita y una negrita. A ver qué tal se llevan con sus nuevas compañeras de piso...
Cuando les haga fotos las cuelgo para que las conozcáis.
Saludos y si alguien se anima, Iria tiene más para regalar, así que dadme un toque y lo vemos.
2 comentarios:
ay, yo ya me he enamorado de esas dulces pequeñajas...son tan graciosas y tan vivarachas... y parecen tan humanas. La tiita Aurora se esta haciendo al idea de poner un par de jerbos en su vida. jeje
biquiños
La próxima vez que vaya a tu casa la confundiré con Faunia ;-)
Eso está bien, que haya muchos seres humanos junticos y que se quieran mucho.
Esperamos esas fotos.
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